del Riesgo de Desastres en Colombia:
Salvaguardando el Futuro
Riesgo de Desastres para
empresas en épocas de lluvia
Colombia, dada su ubicación geográfica y diversidad climática, se encuentra expuesta a fenómenos de la naturaleza que crean situaciones de riesgo como terremotos, erupciones volcánicas, inundaciones, deslizamientos de tierra, entre otros; es por eso que el país ha establecido un marco normativo para la Gestión del Riesgo de Desastres (GRD), con el objetivo de llevar a cabo el proceso social de la gestión del riesgo con el propósito de ofrecer protección a la población en el territorio colombiano, mejorar la seguridad, el bienestar y la calidad de vida y contribuir al desarrollo sostenible
Ley 1523 de 2012: Piedra angular de la Gestión del Riesgo de Desastres (GRD)
En el corazón de la normatividad colombiana se encuentra la Ley 1523 de 2012, una pieza legislativa integral que establece las directrices para la Gestión del Riesgo de Desastres en el país. Esta ley aborda y define las directrices para la actuación a partir del conocimiento, la reducción del riesgo, la respuesta en caso de desastre y se establece la gestión del riesgo como responsabilidad de todas las autoridades y de los habitantes del territorio colombiano.
Según la Ley 1523 de 2012, los principios de la gestión del riesgo de desastres son los siguientes:
- Principio de igualdad: Todas las personas naturales tendrán la misma ayuda y el mismo trato al momento de atendérseles con ayuda humanitaria, en las situaciones de desastre y peligro que desarrolla esta ley (p. 8).
- Principio de protección: Los residentes en Colombia deben ser protegidos por las autoridades en su vida e integridad física y mental, en sus bienes y en sus derechos colectivos, a la seguridad, la tranquilidad y la salubridad públicas y a gozar de un ambiente sano, frente a posibles desastres o fenómenos peligrosos que amenacen o infieran daño a los valores enunciados
- Principio de solidaridad social: Todas las personas naturales y jurídicas, sean estas últimas de derecho público o privado, apoyarán con acciones humanitarias a las situaciones de desastre y peligro para la vida o la salud de las personas
- Principio de autoconservación: Toda persona natural o jurídica, bien sea de derecho público o privado, tiene el deber de adoptar las medidas necesarias para una adecuada gestión del riesgo en su ámbito personal y funcional, con miras a salvaguardarse, que es condición necesaria para el ejercicio de la solidaridad social (p. 11).
- Principio participativo: Es deber de las autoridades y entidades del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, reconocer, facilitar y promover la organización y participación de comunidades étnicas, asociaciones cívicas, comunitarias, vecinales, benéficas, de voluntariado y de utilidad común. Es deber de todas las personas hacer parte del proceso de gestión del riesgo en su comunidad (p. 12).
- Principio de diversidad cultural: En reconocimiento de los derechos económicos, sociales y culturales de las personas, los procesos de la gestión del riesgo deben ser respetuosos de las particularidades culturales de cada comunidad y aprovechar al máximo los recursos culturales de la misma (p. 13).
- Principio del interés público o social: En toda situación de riesgo o de desastre, el interés público o social prevalecerá sobre el interés particular. Los intereses locales, regionales, sectoriales y colectivos cederán frente al interés nacional, sin detrimento de los derechos fundamentales del individuo y, sin demérito, de la autonomía de las entidades territoriales (p. 14).
- Principio de precaución: Cuando exista la posibilidad de daños graves o irreversibles a las vidas, a los bienes y derechos de las personas, a las instituciones y a los ecosistemas como resultado de la materialización del riesgo en desastre, las autoridades y los particulares aplicarán el principio de precaución en virtud del cual la falta de certeza científica absoluta no será óbice para adoptar medidas encaminadas a prevenir, mitigar la situación de riesgo (p. 15).
- Principio de sostenibilidad ambiental: El desarrollo es sostenible cuando satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de los sistemas ambientales de satisfacer las necesidades futuras e implica tener en cuenta la dimensión económica, social y ambiental del desarrollo. El riesgo de desastre se deriva de procesos de uso y ocupación insostenible del territorio, por tanto, la explotación racional de los recursos naturales y la protección del medio ambiente constituyen características irreductibles de sostenibilidad ambiental y contribuyen a la gestión del riesgo de desastres (p. 16).
- Principio de gradualidad: La gestión del riesgo se despliega de manera continua, mediante procesos secuenciales en tiempos y alcances que se renuevan permanentemente. Dicha gestión continuada estará regida por los principios de gestión pública consagrados en el artículo 209 de la Constitución y debe entenderse a la luz del desarrollo político, histórico y socioeconómico de la sociedad que se beneficia (p. 17).
- Principio sistémico: La política de gestión del riesgo se hará efectiva mediante un sistema administrativo de coordinación de actividades estatales y particulares. El sistema operará en modos de integración sectorial y territorial; garantizará la continuidad de los procesos, la interacción y enlazamiento de las actividades mediante bases de acción comunes y coordinación de competencias. Como sistema abierto, estructurado y organizado, exhibirá las calidades de interconexión, diferenciación, recursividad, control, sinergia y reiteración (p. 18).
- Principio de coordinación: La coordinación de competencias es la actuación integrada de servicios tanto estatales como privados y comunitarios especializados y diferenciados, cuyas funciones tienen objetivos comunes para garantizar la armonía en el ejercicio de las funciones y el logro de los fines o cometidos del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (p. 19).
- Principio de concurrencia: La concurrencia de competencias entre entidades nacionales y territoriales de los ámbitos público, privado y comunitario que constituyen el sistema nacional de gestión del riesgo de desastres, tiene lugar cuando la eficacia en los procesos, acciones y tareas se logre mediante la unión de esfuerzos y la colaboración no jerárquica entre las autoridades y entidades involucradas. La acción concurrente puede darse en beneficio de todas o de algunas de las entidades. El ejercicio concurrente de competencias exige el respeto de las atribuciones propias de las autoridades involucradas, el acuerdo expreso sobre las metas comunes y sobre los procesos y procedimientos para alcanzarlas (p. 20).
- Principio de subsidiariedad: Se refiere al reconocimiento de la autonomía de las entidades territoriales para ejercer sus competencias. La subsidiariedad puede ser de dos tipos: la subsidiariedad negativa, cuando la autoridad territorial de rango superior se abstiene de intervenir el riesgo y su materialización en el ámbito de las autoridades de rango inferior, si estas tienen los medios para hacerlo. La subsidiariedad positiva, impone a las autoridades de rango superior, el deber de acudir en ayuda de las autoridades de rango inferior, cuando estas últimas, no tengan los medios para enfrentar el riesgo y su materialización en desastre o cuando esté en riesgo un valor, un interés o un bien jurídico protegido relevante para la autoridad superior que acude en ayuda de la entidad afectada (p. 21).
- Principio de oportuna información: Para todos los efectos de esta ley, es obligación de las autoridades del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, mantener debidamente informadas a todas las personas naturales y jurídicas sobre: Posibilidades de riesgo, gestión de desastres, acciones de rehabilitación y construcción así como también sobre las donaciones recibidas, las donaciones administradas y las donaciones ejecutadas (p. 22).
Retos
A pesar de contar con una normativa sólida, los desafíos persisten. La implementación efectiva a nivel regional y local, la asignación de recursos adecuados y la concientización pública son áreas clave que requieren atención continua. En este contexto, las empresas y la sociedad civil tienen un papel crucial en la implementación exitosa de esta normativa.
Pese a tener en vigor una legislación integral, la implementación efectiva de la normativa de gestión del riesgo en Colombia ha enfrentado desafíos notables.
(DNP, 2023) señala que, pese a tener en vigor una legislación integral, la implementación efectiva de la normativa de gestión del riesgo en Colombia ha enfrentado desafíos notables. El informe identifica brechas en la ejecución a nivel regional y local, que a menudo se atribuyen a limitaciones en recursos financieros y humanos. El DNP recomienda un enfoque más holístico y una asignación de recursos más estratégica para abordar estos desafíos.
- La falta de recursos financieros y humanos: la implementación de la normativa de gestión del riesgo requiere recursos financieros y humanos que, en muchos casos, no están disponibles a nivel regional y local; esto se debe no solo a las limitaciones presupuestales de los gobiernos locales, sino también a la falta de personal para la implementación de esta normativa.
- La falta de coordinación interinstitucional: la implementación efectiva de la gestión del riesgo requiere la coordinación de las diferentes entidades gubernamentales a nivel nacional, regional y local; en muchos casos, esta articulación no se puede lograr dificultando la implementación de las medidas necesarias para reducir el riesgo de desastres.
- La falta de conciencia pública: la población en general a menudo tiene poca conciencia de los riesgos a los que está expuesta y de las medidas que puede tomar para reducir su vulnerabilidad, debido a la falta de información o formación, dificultando la implementación de las diferentes medidas en gestión del riesgo.
Oportunidades
- El apoyo de la Cooperación Internacional: la cooperación internacional puede proporcionar recursos financieros, humanos, instrumentos, herramientas de investigación para avances tecnológicos, formación entre otros procesos, que ayuden a los gobiernos locales a fortalecer la gestión del riesgo de desastres
- El fortalecimiento de las capacidades de los gobiernos locales: el fortalecimiento de las capacidades de los gobiernos locales en materia de gestión del riesgo puede ayudar a mejorar la articulación interinstitucional y la concientización pública.
- La participación activa de la sociedad civil: Puede fortalecer el conocimiento y apropiación frente a la gestión del riesgo minimizando la vulnerabilidad frente a los riesgos y promoviendo la colaboración en la implementación de las medidas de gestión del riesgo.
Empresas y la Implementación de la Normativa
Las empresas en Colombia desempeñan un papel crucial en la aplicación efectiva de la normativa en gestión del riesgo. La gestión del riesgo es un proceso continuo que busca identificar, evaluar, reducir y responder a los riesgos asociados con los desastres. Los planes empresariales de gestión del riesgo son una herramienta fundamental para la gestión del riesgo, ya que permiten a las empresas identificar los riesgos a los que están expuestas, desarrollar medidas para reducirlos y prepararse para responder a un evento adverso.
Los planes empresariales de gestión del riesgo de desastres (PGRDEPP) son un instrumento de gestión obligatorio para todas las empresas y entidades públicas que operen en Colombia. Estos planes tienen como objetivo identificar, reducir y responder a los riesgos de desastres que pueden afectar a la empresa.
La elaboración de un PGRDEPP debe seguir los lineamientos establecidos en el Decreto 2157 de 2017. Estos lineamientos establecen que los planes deben contener los siguientes elementos:
La Circular 072 del 29 de septiembre de 2020, emitida por la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, y siguiendo los lineamientos establecidos en el Decreto 2157 de 2017, establece los requisitos para la elaboración de los planes empresariales de gestión del riesgo en Colombia.
- Evaluación de riesgos: Esta evaluación debe identificar los riesgos a los que está expuesta la empresa, así como su probabilidad y magnitud. Para ello, se deben considerar los siguientes factores:
a) La naturaleza de la actividad que desarrolla la empresa.
b) La ubicación de la empresa.
c) Los recursos con los que cuenta la empresa. - Plan de mitigación de riesgos: Este plan debe establecer las medidas que se tomarán para reducir la probabilidad o la magnitud de los daños causados por los riesgos identificados. Estas medidas pueden ser de carácter técnico, administrativo o cultural.
- Plan de respuesta a emergencias: Este plan debe establecer los procedimientos que se seguirán para responder a una emergencia o desastre. Estos procedimientos deben incluir:
a) La activación del plan de emergencia.
b) La evacuación de las personas y los bienes.
c) La atención de los heridos.
d) La restauración de las operaciones.
e) Esta, también establece que los planes empresariales de gestión del riesgo deben ser revisados y actualizados periódicamente, de acuerdo con los cambios en los riesgos a los que está expuesta la empresa.
La importancia de la implementación de la normativa en gestión del riesgo
La implementación de la normativa en gestión del riesgo es importante para las empresas por varias razones:
- Reduce la vulnerabilidad de las empresas a los desastres: al identificar los riesgos a los que está expuesta la empresa y tomar medidas para reducirlos, las empresas pueden disminuir el impacto de un posible desastre.
- Contribuye a la resiliencia general de la sociedad: las empresas son una parte importante de la sociedad, por lo que su resiliencia a los desastres es importante para la resiliencia general de la sociedad.
En particular, los planes de gestión de riesgos pueden ayudar a las empresas a tomar medidas para reducir la probabilidad o la magnitud de los daños causados por un evento de emergencia o desastre; por ejemplo, una empresa podría instalar sistemas de alerta temprana para disminuir la vulnerabilidad de los empleados frente a una emergencia que les pueda brindar información con suficiente tiempo permitiéndoles responder y actuar apropiadamente frente a la ocurrencia de un evento amenazante.
Los planes de respuesta a emergencias contribuyen en las empresas a responder de manera efectiva a una emergencia o desastre; por ejemplo, un plan de respuesta debe incluir los diferentes procedimientos para evacuación de forma segura, así como los protocolos para restaurar las operaciones de la empresa lo antes posible previendo la continuidad del negocio.
Algunos ejemplos específicos de cómo las empresas pueden implementar la normativa de gestión del riesgo incluyen:
- Incorporar la gestión del riesgo en sus políticas y procedimientos
- Ofrecer formación y entrenamiento a los empleados sobre la gestión del riesgo y sus procesos.
- Invertir en infraestructura y tecnología como los SAT
- Asociarse con otras empresas y organizaciones para compartir recursos y conocimientos a través de los planes de ayuda mutua.
Al tomar estas medidas, las empresas pueden contribuir a crear una sociedad más resiliente a los desastres.
Importancia de la Educación y Concientización:
Formación Comunitaria: invertir en programas de formación a nivel comunitario es esencial para la apropiación del conocimiento en gestión del riesgo, ya que de esta manera se generan capacidades en las comunidades incentivando su participación y logrando un cambio en la percepción que tienen frente al riesgo.
Educación Continua: Las Empresas y entidades gubernamentales pueden apoyar en la gestión del riesgo, proporcionando educación y formación continua sobre normatividad y mejores prácticas, fomentando una cultura de prevención frente al riesgo
Perspectivas Futuras
A medida que evolucionamos en la comprensión del riesgo y los desafíos, la normatividad también debe adaptarse. La incorporación de avances tecnológicos, la mejora continua de los procedimientos y protocolos existentes, la promoción de la investigación y desarrollo en gestión del riesgo son fundamentales para prepararnos frente a los diferentes desafíos que nos deparan.
En conclusión, la normatividad asociada a la gestión del riesgo en Colombia es un pilar fundamental para la seguridad y resiliencia del país; sin embargo, la verdadera efectividad de estas normativas radica en su apropiación e implementación a nivel local y en la articulación activa entre empresas, organizaciones y comunidades.
La Cruz Roja Colombiana Seccional Antioquia, a través de su misión humanitaria, representa el espíritu de esta colaboración y articulación como organización, actuando como referente frente a la gestión del riesgo
Al mirar hacia el futuro, el desafío radica en la implementación integral de la normatividad existente, el fortalecimiento de alianzas estratégicas y la continua adaptación a los cambios en el entorno.